sábado, 13 de marzo de 2010

¿Por qué Ubuntu es mejor que Windows?


  1. El soporte hardware es mejor de lo que se piensa: cierto. Aunque este era uno de esas leyendas urbanas que perseguían a Linux, el soporte hardware es realmente bueno. Puede que no completo -todos los fabricantes se centran en Windows, eso lo tenemos claro- pero ya es complicado que un dispositivo no sea reconocido y autoinstalado por parte del sistema. Yo añadiría además el hecho de que los controladores Open Source de tarjetas gráficas -un apartado importante- está avanzando un porrón estos últimos meses.
  2. Accede a más de 4 Gbytes en sistemas de 32 bits: aunque teóricamente un sistema de 32 bits solo puede direccionar 4 Gbytes de memoria (Windows XP, Vista y 7 de hecho no llegan a esa cifra) en Ubuntu 9.10 se detecta si tenemos más de esa cantidad para activar los kernels con tecnología PAE, que gracias a una técnica especial permiten aprovechar toda la memoria RAM de la que dispongamos.
  3. Crear llaves USB arrancables fácilmente: efectivamente, esta es una de las pequeñas cosas que permiten que podamos llevarnos Ubuntu -o cualquier otra distro- con nosotros en una llave USB de una forma realmente sencilla. No hay nada parecido en sencillez en el mundo Windows.
  4. Sabes de dónde proviene cada fichero: interesante para poder recabar información sobre cualquier componente del sistema operativo, una característica útil aunque yo no la vea especialmente crucial como ventaja ante Windows. Eso sí, es muy útil para saber por ejemplo qué ficheros se instalaron a partir de un paquete, y dónde se instalaron, algo que en Windows es muy complicado de estudiar.
  5. Avisos por e-mail de nuevas actualizaciones: de nuevo una opción curiosa que en mi caso jamás he utilizado, y de hecho ni conocía hasta leer el artículo. Para activarla basta con instalar un paquete llamado apticron y configurarlo para que se nos avise de actualizaciones por correo electrónico, algo útil en el caso en el que describe Popey, que usa una Ubuntu con un Boxee siempre al frente para su PC del salón y no se entera de los avisos de actualizaciones convencionales de la distribución.
  6. Instalación hiperrápida: cierto que la instalación de Ubuntu es muy rápida, pero dado que no nos pasamos la vida instalando sistemas operativos -al menos, no deberíamos- se trata de una ventaja relativa. De hecho, instalar Windows 7 desde una partición de disco duro a la partición de sistema es también muy, muy rápido, así que aquí yo dejaría la cosa en un empate técnico. Además, en ambos casos luego toca instalar paquetes adicionales que necesitamos para completar todas las funcionalidades que necesitamos.
  7. Mover un disco duro a otro lado: el reconocimiento hardware en Ubuntu y otras distros Linux se hace sobre la marcha: no hay comprobación previa del sistema operativo. Esto viene a cuento de que el programa “Windows Genuine Advantage” no deja menear mucho la configuración hardware para que Microsoft pueda controlar que usamos nuestra copia de Windows solo en nuestro PC y no en otro, mientras que en Ubuntu puedes instalar el sistema en un disco duro, llevarte el disco, pincharlo en otro PC, y todo funcionará de maravilla. Problemas cero de migración. Buen punto a favor, desde luego.
  8. Compilar y “paquetizar” aplicaciones para viejas versiones del SO: otro de los puntos un poco particulares, pero ciertos. En Linux es posible compilar un paquete de cualquier tipo para versiones antiguas del sistema -incluso desde el nuevo-, algo útil para muchos desarrolladores. No es que lo vea esencial para el usuario final -a mí nunca me ha dado por ahí- pero puede ser un punto interesante.
  9. Corregir errores: el sistema de gestión de errores global de Ubuntu, el llamado Ubuntu bug tracker, simplifica mucho la tarea de detectar errores y corregirlos, y es una de las herramientas más potentes para que los desarrolladores reciban el feedback de los usuarios de lo que funciona mal. De nuevo un tema quizá más orientado a usuarios avanzados -pocos usuarios de a pie aceptan el mensaje de “Enviar error”, pero de nuevo, un buen punto a favor.
  10. Reinstalación del sistema operativo y las aplicaciones sin perder datos: en este caso el razonamiento es igualmente válido en Windows, así que no veo tal ventaja. Popey destaca la operación de separar las particiones raíz y /home permite que siempre tengamos nuestros datos a salvo, pero lo mismo se puede hacer en un ordenador con Windows en el que simplemente tengamos dos particiones separadas, una para sistema y otra de datos. Solo hay que tener cuidado de no usar la famosa carpeta de Mis Documentos, que por otro lado se puede copiar de un lado a otro si se diese el caso. Empate técnico de nuevo. Eso sí, currándonoslo un poquito podemos crear en Ubuntu y otras distros una lista de los paquetes instalados para luego restaurarlos automáticamente sin tanta parafernalia, algo que ayuda en las reinstalaciones y actualizaciones.

fuente: Popey

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